jueves, 2 de octubre de 2008

NUESTROS AGENTES DE CAMBIO

Tenemos aquí el caso de Julio, un voluntario del Colegio Santa María que nos cuenta cómo se sintió en su primera construcción.


“Tuve la oportunidad de participar en Un Techo para mi País con mi colegio durante un fin de semana. Al partir no sabía qué esperar, simplemente me sentía impaciente por llegar y dar los primeros martillazos. Hoy puedo decir que lo vivido durante esos días fue una experiencia única y enriquecedora. El trabajo era extenuante, y la gran mayoría de mis compañeros, incluyéndome, no estábamos preparados. No obstante, nuestros jefes de cuadrilla siempre supieron mantener en nosotros esa motivación que se hace necesaria para superar cualquier desafío.




Lo más impresionante de este proyecto no se puede describir con palabras. Solo aquellos afortunados que saben lo que es terminar una casa para alguien que la necesita y ver su sonrisa en el rostro, podrían comprender aquel sentimiento que nos invadió a todos. Cada cuadrilla lo experimentó al concluir la obra, al ver su esfuerzo materializado, más que en una casa, en una sonrisa.


Esta experiencia fue un llamado a la reflexión para mí, y estoy seguro que lo fue para mis compañeros. Hay un Perú allá afuera que nos necesita y solo abriendo los ojos y el corazón podremos tomar conciencia de esta realidad y superar la indiferencia, que esta sociedad se ha empeñado en enseñarnos.”


Julio César Reynaga – Colegio Santa María

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