lunes, 6 de octubre de 2008

CONCURSO DE CUENTOS

Un Techo para mi País-Perú
1er Concurso de Cuentos Techero


INTRODUCCIÓN
Este es el primer Concurso de Cuentos Techero. Solo pueden participar los miembros del equipo. Aprovecha y envía tu cuento hasta el viernes 31 de octubre.

BASES DEL CONCURSO
-Se mandará solo un cuento por participante
-Escrito en un archivo de Word, con extensión de máximo tres hojas. En formato de letra Times New Roman o similar, en tamaño 12 con interlineado 1,5.
-Solo se aceptarán las obras recibidas por correo electrónico, en Archivos Word adjuntos.
-Tema: reflexión sobre la pobreza.
-La obra deberá ser inédita, lo cual quiere decir que no debe haber sido presentada en otro concurso o publicada a través de un medio impreso.
-La obra presentada deberá estar firmada con el Seudónimo elegido por el autor y colocado en el mismo archivo en que se envía.
-En Archivo Adjunto Aparte se enviaran los datos personales del autor (nombres y apellidos, dirección, teléfono y/o celular, correo electrónico y área en la que se trabaja en el Techo).
-Pueden participar todos los miembros del equipo.
-La fecha de entrega final de los cuentos se ha establecido para el día viernes 31 de octubre.
-Los trabajos deberán enviarse por correo electrónico a :
formacionperu@untechoparamipais.org con el asunto: Concurso de cuentos.
Los archivos adjuntos corresponderán :
- Un archivo Word adjunto con la Obra presentada firmada con el Seudónimo
- Un archivo Word adjunto conteniendo los datos personales solicitados.
Los jurados son: Gonzalo Talavera (Sub Director Social de la Oficina Central de UTPMP y ex Director de UTPMP-Perú), Nae Hanashiro (Coordinadora de Formación) y un jurado sorpresa experto en literatura y pobreza.
Este jurado tendrá la responsabilidad de elegir las tres composiciones que se harán acreedores a los primeros premios del Concurso. Y además se harán tres menciones especiales.
El día sábado 15 de noviembre de noviembre se revelarán los ganadores y los acreedores a las menciones especiales.
Las composiciones ganadoras se harán acreedoras a los siguientes Premios:
- Primer puesto: entrada gratis para él/ella y un amigo/a al próximo Conciertecho con entrada a detrás del escenario (backstage) para conocer a los artistas; presentación en la II Feria de Pobreza No, publicación en el Boletín del Techo, publicación en el Infórmate (boletín de Formación) y presencia en la carpeta formativa de la construcción latinoamericana de diciembre.
- Segundo puesto: presentación en II Feria de Pobreza No, publicación en el Infórmate y presencia en la carpeta formativa de noviembre
- Tercer puesto: presentación en la II Feria de Pobreza No y publicación en el Infórmate
Los Organizadores se reservan los derechos de publicación de los trabajos presentados para boletines y otros

jueves, 2 de octubre de 2008

Me llamo Rachel Corrie

por: Mario Vargas Llosa



Rachel nació en Olympia, un pueblo del Estado de Washington. (…) A comienzos del año 2003, [decidió ir] como voluntaria para… luchar pacíficamente a la Franja de Gaza contra la demolición, por el Ejército de Israel, de las casas de vecinos emparentados o relacionados con los palestinos acusados de terrorismo.


Rachel se inscribió en el Movimiento Internacional de Solidaridad, conformado sobre todo por jóvenes británicos, estadounidenses y canadienses, que, en los territorios ocupados, yéndose a vivir en las viviendas amenazadas, tratan de impedir -sin mucho éxito, ni qué decirlo - una acción moral y jurídicamente inaceptable, pues parte del supuesto de una culpa colectiva, de una población civil que debe ser castigada en su conjunto por los crímenes de individuos aislados.


Las cartas que Rachel escribe a padres y amigos desde Rafah, en el Sur de Gaza, revelan una progresiva toma de conciencia de una joven que descubre, compartiéndola, la miseria, el desamparo, el hambre y la sed de una humanidad sin esperanza, arrinconada en viviendas precarias, amenazada de balaceras, de redadas, de expulsión, donde la muerte inminente es la única certidumbre para niños y viejos. Rachel, aunque duerme en el suelo como las familias palestinas que la acogen, y se alimenta con las mismas magras raciones, se avergüenza de los cuidados y cariño que recibe, de lo privilegiada que sigue siendo pues en cualquier momento ella podrá marcharse y salir de esa asfixia, y, en cambio, ellos... Lo que más la aflige es la indiferencia, la inconsciencia de tantos millones de seres humanos, en el mundo entero, que no hacen nada, que ni quieren enterarse de la suerte ignominiosa de este pueblo en el que ella está ahora inmersa.


El domingo 16 de marzo de 2003, con siete compañeros del Movimiento Internacional de Solidaridad (…) Rachel se plantó ante un bulldozer del Ejército israelí que se disponía a derribar la casa de un médico palestino de Rafah. El bulldozer la arrolló (…). Murió en el taxi que la llevaba al hospital de Rafah. Tenía 23 años. En la última carta a su madre, Rachel Corrie le había escrito:


"Esto tiene que terminar. Tenemos que abandonar todo lo otro y dedicar nuestras vidas a conseguir que esto se termine. No creo que haya nada más urgente. Yo quiero poder bailar, tener amigos y enamorados, y dibujar historietas para mis compañeros. Pero, antes, quiero que esto se termine. Lo que siento se llama incredulidad y horror. Decepción. Me deprime pensar que esta es la realidad básica de nuestro mundo y que, de hecho, todos participamos en lo que ocurre. No fue esto lo que yo quería cuando me trajeron a esta vida. No es esto lo que esperaba la gente de aquí cuando vinieron al mundo. Este no es el mundo en que tú y mi papi querían que yo viviera cuando decidieron tenerme".

AGENTES DE CAMBIO - CASOS

Aquí están algunos de los ganadores de "Agentes de Cambio", campaña de MTV y el BID (Banco Internacional de Desarrollo)








NUESTROS AGENTES DE CAMBIO II


Nuestros techeros también opinan y nos muestran cómo desempeñando distintos roles, ellos ayudan también.


“Es difícil resumir en un pequeño párrafo todo lo que se te puede venir a la mente al pensar en todas las sensaciones y, sobre todo, toditas las lecciones que interiorizas en cinco días. Particularmente, la última construcción masiva resultó, como debe ser, muy intensa, con el trabajo imparable de cada uno de los voluntarios, con los cuales es inevitable sentirse identificado no sólo por el compromiso mostrado sino por todas las ganas que nos recuerdan con alegría, a los que ya llevamos algún tiempo aquí, nuestra primera construcción y con la convicción de las familias de que es posible salir adelante. Esto me lleva a pensar a que para todos, saber que soñar no cuesta nada es algo casi innato, pero darse cuenta de que hacer realidad los sueños tiene un precio, y que el mismo que se paga con esfuerzo, a muchos les puede tomar una vida, a otros con decisión en cambio, les bastan sólo cinco días; y creo que esta fue la lección más significativa al pensar en todos los proyectos que tanto familias como voluntarios se comprometieron a llevar a cabo a partir del trabajo en conjunto. Para terminar, y a modo muy personal, todo lo que he podido vivir hasta ahora con el techo no hace sino reafirmar mi fe en un futuro mejor para mi país.”


Alejandro Kuzma (Área Legal)


“Era el día, martes 12 de Agosto, lo necesitaba más aun por el peor fin de semana que hubiera pasado en mi vida, había perdido a una persona muy importante para mí, un amigo de esos que no sueles encontrar. Pero tuvo que pasar, cosas que uno no termina de entender. El día lunes se terminó la trágica faena, aquella ceremonia que oficializa a los que ya no están más con nosotros y con ese vacío vuelto impotencia me dejaba vencer por el cansancio hasta la mañana siguiente. Para ser sincero, no sentía la misma emoción que antes de lo que acabo de contar, de ir por primera vez a construir; pero me comprometí y algo dentro de mí o quizás desde arriba, fue muy acertado y me inclinó a levantarme, ir por mis guantes, buscar el martillo, ponerme la camiseta de voluntario y la mochila al hombro para encontrarme con mucha gente que iba a lo mismo que yo. Una vez juntos, sentí un ambiente más motivado, lo que aún yo no terminaba por sentirme, pero era sólo cuestión de tiempo, la escuela morada era la indicada para mí.



La integración del equipo era notable, gente que despertaba temprano para que todos desayunasen, cadenas de hombres y mujeres para cargar, un brazo al lado tuyo por si resbalabas, una chompa que no era tuya si sentías frío, un solo cuarto para casi 50 personas y la misma cantidad de corazones llenos de ganas para ayudar. Qué sensación tan extraña el ver un mundo que muchos de nosotros sólo conocíamos por la tele, pero qué sensación tan motivadora el pensar que alguna vez pudiste proteger de la lluvia y el frío a más de una familia. Agradezco a mi estupenda escuela morada y a las familias que nos permitieron compartir gratificantes momentos junto a ellas, mil gracias por brindarme un motivo más para la larga y a la vez tan corta vida. Sólo sé que desde el lugar que estás ahora me brindas fuerzas para construir y que todo esto nos dejó un mensaje voluntarioso: “Prohibido detenerse techeros”.”



Renzo Angello Tamaríz Martinez (Área de Formación)

NUESTROS AGENTES DE CAMBIO

Tenemos aquí el caso de Julio, un voluntario del Colegio Santa María que nos cuenta cómo se sintió en su primera construcción.


“Tuve la oportunidad de participar en Un Techo para mi País con mi colegio durante un fin de semana. Al partir no sabía qué esperar, simplemente me sentía impaciente por llegar y dar los primeros martillazos. Hoy puedo decir que lo vivido durante esos días fue una experiencia única y enriquecedora. El trabajo era extenuante, y la gran mayoría de mis compañeros, incluyéndome, no estábamos preparados. No obstante, nuestros jefes de cuadrilla siempre supieron mantener en nosotros esa motivación que se hace necesaria para superar cualquier desafío.




Lo más impresionante de este proyecto no se puede describir con palabras. Solo aquellos afortunados que saben lo que es terminar una casa para alguien que la necesita y ver su sonrisa en el rostro, podrían comprender aquel sentimiento que nos invadió a todos. Cada cuadrilla lo experimentó al concluir la obra, al ver su esfuerzo materializado, más que en una casa, en una sonrisa.


Esta experiencia fue un llamado a la reflexión para mí, y estoy seguro que lo fue para mis compañeros. Hay un Perú allá afuera que nos necesita y solo abriendo los ojos y el corazón podremos tomar conciencia de esta realidad y superar la indiferencia, que esta sociedad se ha empeñado en enseñarnos.”


Julio César Reynaga – Colegio Santa María

MTV Y LOS AGENTES DE CAMBIO

MTV Y LOS AGENTES DE CAMBIO
MTV Latinoamérica junto al BID (Banco Internacional de Desarrollo) ha creado un proyecto donde se trata de promover la participación activa de jóvenes de América Latina y el Caribe en el proceso de desarrollo. Con esta alianza nace la campaña: “Jóvenes como Agentes de Cambio”. Personas de todas partes de la región mandaron sus proyectos tomando la iniciativa de cambiar su mundo (sea en términos ambientales, sociales, económicos, entre otros). Se eligieron 25 proyectos, los cuales han ido creciendo con el paso del tiempo. Está por ejemplo “Colonias urbanas” en Chile, donde se les da la oportunidad a niños de barrios marginados a participar en actividades recreativas y educativas. También está “Lírica Social” en Colombia, donde un grupo de jóvenes pretende educar mediante el rap y otros tipos de música. Entre los ganadores, podemos encontrar también a Un Techo para mi País – Argentina y un Techo para mi País – Panamá, los cuales destacaron en la categoría de Vivienda
.

jueves, 7 de agosto de 2008

Mi primera vez

Algunos de nuestros voluntarios nos contaron qué sintieron la primera vez que fueron a construir. Puedes compartir tu experiencia con nosotros en nuestro blog.

“Nunca había ido a Ventanilla. El primer día que fui a Ventanilla para una construcción, me sentí tan perdido y a la vez tan ignorante que me sentía un invasor más, pero no había llegado a quedarme, ni tampoco a pasear y tomar fotos, había ido a construir. De hecho todo era nuevo para mí. Caminar, respirar, sudar, comer y hablar en Ventanilla me parecía raro, era como si poco a poco la arena me iba absorbiendo y el calor atrapando, y ver en la forma como las familias vivían en condiciones de extrema pobreza y aislamiento social me hacía pensar si debería estar cansado de trabajar construyendo o de ver como algunas personas podían vivir así. Lo pensé mucho y lo sigo haciendo. Y seguiré trabajando para que dejen de vivir así.”

Carlos Lira Ruiz – Logística

“En mi primera construcción quedé impresionada por la alegría y el cambio que significaba la vivienda para Alejandra y David. Sentí que los jóvenes -éramos diecisiete- teníamos mucha fuerza para cambiar esta situación de pobreza. ¡Miré los cerros con otros ojos y vi que había mucho trabajo por delante y que debíamos que comenzar ya! Tuve un poco de temor por el gran reto del que nos estábamos haciendo cargo, pero ese temor se convirtió en fuerza y ganas... Es un gusto poder compartir esto con todos ustedes y con tantas familias.”

Camila Gastelumendi - Voluntariado


“A ver… mi primer encuentro con la gente del techo fue en el colegio San Agustín en enero 2007, en la cual no conocía a nadie, a diferencia de la mayoría que compartía grupos de amigo. Bueno, en un primer momento lo que me jaló a inscribirme además de la ayuda social fue la construcción en sí, amo construir, por eso decidí estudiar ing. civil pero me fui dando cuenta mientras conocía a las familias y a los demás voluntarios, que esto era más que martillar, serruchar o pelearse con la manguera tratando de sacar las burbujas, lo que me unía con esos voluntarios, quienes hace unas horas atrás eran unos completos desconocidos era nuestro deseo de cambiar las cosas, nuestra molestia ante la indiferencia, lo que teníamos y tenemos en común es que nos jode que haya gente que viva en las condiciones en las que se encuentran donde un ambiente de 2 x 2 era sala, comedor y dormitorio, y toda esa rabia por la injusticia que estamos presenciando. Jamás olvidaré lo emotivo de la primera inauguración con Don Erasmo: con los ojos llenos de lagrimas y todos abrazándolo, me dije a mí mismo que esto no quedaría acá, así como la casa fue un impulso para la familia de Don Erasmo para salir adelante, la misma casa fue para mí el primer paso para abrir los ojos, fue un nuevo despertar, me hizo reflexionar demasiado, me hizo amar a la familia a la que construí, a los voluntarios con los que estuve esa semana, me hizo enamorarme del Techo, me hizo darme cuenta que si los jóvenes nos unimos podemos lograr grandes cosas.”

Edgar Escalante – Construcción y Logística

“Mi primera construcción fue ¡¡bra...va...za!!, extrañaba muchas cosas de mi casa pero, también sentí que estaba en una semana sin preocupaciones, sin estrés, etc...(cosas que me ponen en apuros), solo estaba ahí, en Pamplona, con mucha gente con pilas, jugando en la noche, conversando, contándonos cosas muy particulares, y también experiencias con las familias a quienes construíamos.
Es que no solo es ir y construir, sino también compartir y aprender. El primer día fue matadaso (todos subiendo al cerro de barro con los paneles y tablas). Dije: ¡no voy a poder con esto! ¡Me duele todo! Pero luego de haber tenido relación con las familias, cambié completamente eso y al día siguiente volvía con más ganas.
Los niños. Ellos nos robaron el corazón, también sonrisas. Recuerdo mucho al charapa...jajaja. Él nos perseguía a todas las casas y ayudaba; él no era un beneficiado, pero quería ayudar. En pocas palabras pude pasar frío, antojitos, dolores de cuerpo y cansancio, pero la recompensa fue inmensamente satisfactoria, todos felices.”

Claudine Martinez - Formación

“Cuando llegué al punto de encuentro en el Santa María, no sabía cómo actuar porque al ser la primera construcción a la que estaba yendo, en otro país, con gente que acababa de conocer, generó tantos sentimientos encontrados que en verdad no sabía qué esperar. Luego del viaje, llegamos a Chincha a conocer el lugar donde construiríamos. Desde el principio, hubo un afecto especial por parte de la familia que nos recibió que me hizo recordar por qué estaba ahí. Y la razón básica por la cual me uní al Techo es porque es muy fácil querer que el mundo sea un lugar más justo, lo complicado es empezar y comprometerse en hacer algo para que eso suceda. El Techo no sólo ayuda a las familias a dormir y tener una casa sustancialmente mejor a la que habían vivido hasta ese entonces, sino que les da la oportunidad a los voluntarios a ser el empujón que a veces necesitan las personas de pocos recursos para saber que pueden superarse. No es una ayuda asistencialista sino se trata de un verdadero trabajo en equipo sin importar edades, círculos sociales ni otras barreras. Lo principal es compartir de cada uno un poco y guardarlo contigo mismo siempre. En verdad no sabía como íbamos a construir una casa entre 4 personas, pero cuando terminamos la satisfacción al ver la cara de felicidad de la familia pagó todo el esfuerzo y los temores del principio. La mejor sensación es saber que después de una casa para una familia, no podré detenerme ahí y esa experiencia fue el inicio para siempre buscar más familias que sepan que pueden contar con nosotros, los voluntarios, conmigo.”

Daniela Pardo – UTPMP Ecuador

“Cuando llegué al colegio de San Juan estaba solo. A mi alrededor solo habían rostros de semblante perdido al igual que el mío. En mi cabeza rondaba un pensamiento ¿por qué no me quede en mi casa? No estaba seguro de lo que íbamos a hacer ni cómo era el trabajo. Solo sabía que iba a pasar los siguientes 8 días con esas personas que para mí eran completos extraños. Lo único que puedo decir es que todos esos extraños se volvieron familia y el asentamiento donde trabajamos por 8 días se convirtió en nuestra casa. Recuerdo a la gente. Recuerdo a mi jefa de cuadrilla que me enseño a construir con dedicación y demasiada paciencia, recuerdo a la señora Juana, ¿y cómo no recordarla? ¡si hacía un Ají de gallina que ni cuento! Recuerdo a sus dos hijos que jugaban ansiosos alrededor de la casa esperando que la termináramos rápido.

El trabajo fue recontra arduo, más de lo que imaginé. Descargar, llevar los paneles, las parrillas, los pisos, las calaminas a las casas. Sin embargo, al final al ver la alegría de la familia, la sonrisa que se dibujaba en sus rostros, las lindas palabras que te decían, ese pequeño instante hacía que todo valiera el esfuerzo. Después de mi primera construcción me quedó un sentimiento de nostalgia inmenso. Extrañaba a las personas con las que había convivido por ese breve lapso de tiempo en dónde fueron mi familia. En mi memoria se mantienen todos esos recuerdos que nunca se podrán borrar.”


Gustavo Flores - Comunicaciones

"Agustina, Alejandro, Freddie y Andrés en Semana Santa de 2006.
Freddie nos tiraba piedras desde lo alto y Agustina no me miraba de frente.
Andrés se hizo la pichi dentro de la casa cuando terminamos la construcción.
Mi jefe de cuadrilla se fue casi todo el tiempo de la casa porque había un borracho en una casa aledaña y fue a dar una mano.
Una de las cuadrilleras no se comió los tallarines.
La última noche le dije a un grupo de desconocidos que me llegaba al pincho la pobreza.
En los tijerales le lloré porque Agustina sí agradeció la casa.
Antes de irme del AAHH lloré porque vi miles de casas, miles de Agustinas y miles de Freddies.
Esa fue mi primera construcción, tenía 23 años y ya conocía la realidad de mi país, pero no sabía lo mucho que podía hacer para cambiarla."



Elsie Ralston - Formación y Voluntariado

domingo, 3 de agosto de 2008

Entrevista a Gonzalo Talavera (completa)

Antes de su partida, aprovechamos para conversar con Gonzalo acerca de su experiencia en Techo, tanto en un nivel profesional como personal y de diferentes temas que conciernen al lugar donde trabajamos.

¿Cuáles crees que son los valores que todo voluntario de techo debería tener?
Más que un valor como tal lo que tiene que tener todo techero es ganas de terminar con la pobreza, pero ganas de verdad: el que a la gente le moleste que haya familias que viven en asentamientos humanos y que eso les de vueltas en la cabeza en algún momento del día. Ojalá durante todo el día, todo el mes. Pero creo que eso es lo fundamental, sin eso no funciona el Techo. Éste ha crecido en Perú y en Latinoamérica porque hay un montón de gente a la que sí le duele la situación que viven las personas en nuestro continente y eso es lo que hace avanzar todo el trabajo. No sé si es un valor, sería bonito que lo fuese, o algo parecido. Igual hay más temas como el de trabajo en equipo, de gente que está en las áreas y creo que un valor fundamental es el respeto por el trabajo del otro y entender que cada área tiene una función determinada y cada persona dentro de cada área también tiene una función determinada y que tenemos que confiar en que esta persona hace su mejor esfuerzo y está preparado por si salen las cosas bien y sino, se evaluará y se mejorará para la siguiente vez, pero todos debemos de suponer que el otro está haciendo su máximo esfuerzo y, además, el otro lo debería de estar haciendo, yo creo que es lo que pasa casi siempre. Esto se manifiesta también en las construcciones, por ejemplo, si a mí me toca ser jefe de cuadrilla tengo que cumplir mi rol y si no estoy de acuerdo con lo que dice el jefe de escuela, me lo guardo porque en el fondo la última decisión es de él y él es el encargado de tomar ciertas decisiones y uno debe de seguir lo que él te dice. Igual pasa con todas las otras funciones, hay funciones bien especializadas que tenemos que respetarlas. Creo que el trabajo en equipo es fundamental porque si creemos que la pobreza se va a terminar cuando trabajemos todos juntos, todas las familias en conjunto, toda la sociedad en conjunto, como equipo, primero debemos de ser capaces de tener un buen equipo, de poder trabajar en equipo. Aspiramos a formar el equipo más grande que ha habido en Perú para terminar con la pobreza, entonces debemos de empezar por tener un buen equipo nosotros.

¿Y sientes que lo tenemos?
Siento que lo tenemos, sí. Sin duda. Estoy seguro. Las cosas que se han ido logrando muestran que sí hay gente con las características que se necesitan y un montón de gente, no somos poquitos. Estoy seguro que el equipo está, solo que tenemos que ser más grandes.

Los voluntarios vienen con esta idea de combatir la pobreza, de construir casas. ¿Es eso suficiente o crees que necesitan más incentivos, que hay que seguir empujándolos?
Si, creo que debemos de impulsar la conciencia crítica al voluntario. Una vez que fuimos a construir vimos que había una serie de problemas en los asentamientos, vimos que podíamos hacer también muchas cosas para solucionar esos problemas y luego, a partir de ese momento, ya uno adquiere una responsabilidad en el tema. O sea, si hay cosas que puedo hacer por esto, lo que me corresponde, es trabajar por esto. Creo que se puede, hay gente para trabajar en este sentido pero igual es necesario que todas estas experiencias se vayan procesando y se vayan transformando no solamente en discusiones o pensamientos sino en cosas más concretas, pero estas cosas parten a partir de la discusión, a partir del cuestionamiento de nuestro trabajo en el Techo (principalmente) y de las cosas que van pasando en el país. Sin todo este trabajo, queda un poco vacío, nos vamos a quedar en la construcción, vamos a haber visto cosas y tal vez nos sería mucho más fácil mantenernos al margen. Todos los temas que vemos en los asentamientos tienen que ser cosas de conversación y discusión, sobretodo entre nosotros.

Entonces tú dices actuar, reflexionar y volver a actuar.

Si, sin duda.

Siempre me parece muy importante el tema de la coherencia, todavía no entiendo bien si hay un marco de ésta. ¿Qué haría que seamos más coherentes o no con lo que hacemos? ¿Cómo trabajar con eso?
Creo que hay varias dimensiones. Primero, dentro del techo, de la organización interna, la coherencia se ve en el trabajo serio, si a mi me molesta la pobreza y creo en la alternativa del Techo como medio para trabajar en ese sentido y me meto como voluntario y me comprometo en trabajar en el área de Asignación y eso implica ir todos los domingos, entonces tengo que ir todos los domingos. Yo voy a ser coherente si hago el trabajo con el que me estoy comprometiendo y si es que lo hago bien. Eso es como una primera dimensión interna. Hacia fuera, creo que pasa en todos lados, si entendemos que estudiar en la universidad nos da un conjunto de herramientas para nuestra vida en general, para más adelante luchar contra la pobreza, para la vida, también esas herramientas las podemos usar de la mejor manera para los objetivos que tenemos y eso no solamente está en estudiar un montón, que también debería de ser fundamental: que uno se preocupe por lo que está estudiando y se esfuerce al máximo para poder responder a la situación de las familias de la mejor manera posible, aprovechar toda esta etapa de formación y todo lo que hemos visto en el Techo, en las construcciones y en los asentamientos, tenerlo en la cabeza cuando tomamos cualquier decisión. Si voy a trabajar en las construcciones, si soy el voluntario más comprometido pero sigo pensando que las familias en situación de pobreza están ahí porque todos son flojos y me comporto así en mi vida entonces estoy siendo incoherente, no entendí lo que pasaba o no quise entender lo que pasaba o me relaciono diferente con las personas fuera del ámbito del techo y eso sería una incoherencia grave. Si estamos convencidos de ciertas cosas, tenemos que comportarnos en línea con eso y no solo ser buenos ciudadanos, sino ser coherentes en nuestras relaciones con otras personas, en nuestro trabajo, nuestra vida profesional. El Techo es casi como una gran clase de ética: esperamos que los que estamos en el Techo seamos socialmente responsables en nuestro trabajo, que nuestras familias estén formadas de una forma inclusiva, democrática, sin discriminación, en fin, miles de cosas. Con eso se proyecta dentro del trabajo en el techo, afuera, en la universidad, en tu familia, en todos lados.

¿Hablas desde experiencia personal?
Sí, de todas formas. De mal ejemplo, también. De cosas que dices, si hubiera estudiado más en la universidad probablemente ahora estaría mucho más preparado para hacer ciertas cosas, que podría aportar mucho más en mi trabajo en el Techo y sí, pude haber sido más coherente y haberme esforzado más, por poner un ejemplo, como algo que me pasó a mí que me he puesto a pensar después. Ahora creo que sí valoro mucho más esas cosas, mucho más la posibilidad de trabajo porque además en ese momento me di cuenta de que mi trabajo o el trabajo del voluntario en general es significativo, se pueden hacer cosas grandes, entonces si tengo ganas de estar preparado para hacer con este equipo cosas más grandes.

¿Inicialmente por qué decidiste unirte al techo? ¿Qué te llamó la atención? ¿La forma de trabajar? ¿Lo que se quería lograr? ¿Todo? ¿Había algo q no te convencía?

Yo entré cuando me dijeron que iba a haber una construcción y de repente me dijeron vamos para ver cómo es. Fui y resultó que era la primera reunión que había del equipo del techo, yo pensaba que ya existía. Y nada, fuimos a construir 3 casas y me gustó mucho la idea y cuando fui conversando del tema con otra gente y se fueron haciendo más claro los objetivos y la estrategia, de trabajo con voluntarios, el trabajar con las familias, tener trabajo permanente en asentamientos y todo eso vi que coincidía mucho con las cosas que yo pensaba, que yo creía y que además era un excelente paquete: era un paquete de cosas que yo creía que se podían trabajar por separado, nunca me imaginé que en el techo iba a poder encontrar una intervención que cerrara tan bien por todos lados, que abarcara tantos temas con tanta efectividad y eso fue creo lo que me convenció más. Y ahora creo que es la alternativa que hay de trabajo contra la pobreza, de trabajo serio, de largo plazo, largísimo plazo probablemente, pero es lo más serio. Lo menos asistencialista que hay de todo el trabajo del techo es que trabajamos preparando ciudadanos más concientes, los voluntarios, las familias de los asentamientos. En el futuro si el trabajo del techo se masifica se van a generar cambios grandes e importantes y eso es lo que me entusiasmó: la posibilidad de un cambio de verdad. Sí, hay que esperar y trabajar un montón de tiempo, pero más que esperar, hay que trabajar. En total el modelo es el correcto, el modelo de trabajo me gusta, la estrategia.

¿Cuando te metiste, te imaginaste que años después, o sea ahora, íbamos a ser lo que somos o te imaginas que íbamos a ser un poco más o un poco menos?
Yo pensaba que iba a ser un poco más chico, no pensé que iba a ser tan grande como ahora e igual es insuficientemente grande. Construimos un montón, muy seguido, trabajamos en varios asentamientos, en dos departamentos del Perú pero igual Lima es una ciudad de casi 10 millones de habitantes y no tenemos ni 1000 voluntarios para cada construcción y deberíamos tenerlos, en una ciudad tan grande, deberíamos tener demasiados voluntarios, demasiada gente ansiosa por terminar con la pobreza y todavía no los tenemos. No estamos trabajando en los departamentos más pobres aun. En fin, queda demasiado trabajo por hacer y creo que en estos 2 años avanzamos rápido pero no tan rápido, deberíamos avanzar más rápido aun y vemos ahora que podemos hacer cosas gigantes con esfuerzo y si nos esforzamos más podemos hacer cosas más grandes todavía.

¿Y cómo captar a todos esos jóvenes que todavía no ven, no quieren ver o no salen de su burbuja totalmente? ¿Qué podemos hacer para llamar su atención, para que vengan a construir con nosotros?
No sé bien. Creo que una de las cosas de ser coherente en nuestra relación con todas estas personas a las que no les interesa el tema. Lo otro es tener a toda la gente que está en el techo ahora pensando como poder hacerlo. Yo no tengo la respuesta ahora. Lo que sí sé es que tiene que pasar de todas maneras. Tenemos que convencer a la gente que el trabajo vale la pena y que no es porque sea bonito sino porque el mundo, la situación de pobreza de las familias nos lo exige y no sé, creo que es uno de los problemas más grandes del techo en general: cómo cambiar la forma de pensar de toda una sociedad y es difícil porque estás constantemente sometido a un estilo de vida, a una forma de relaciones entre personas que van muchas veces en contra de lo que el techo busca, entonces es bien antisistema, bien rebelde tratar de llevar a los jóvenes a conocer lo que pasa en los asentamientos y cuando lo logremos masificar, van a haber cambios sociales profundos.

Hace poco fue la construcción de escolares y ellos estaban muy afectados porque nunca habían visto algo así y varios han dicho que planean volver a construir. ¿Qué opinas acerca de la construcción de escolares que se acaba de hacer y de las próximas?
Mostro. Creo que el colegio es un gran espacio en el que podemos trabajar porque mientras más joven eres, es mas fácil trabajar ciertos temas y hacer que la gente se de cuenta de ciertas cosas. Los adultos ya tienen otras preocupaciones, están en otros rollos, entonces llevarlos a construir y enseñarles lo que pasa en un asentamiento realmente no tiene mucho sentido. Con los colegios sí, tú los puedes llevar a una construcción, que vean cómo son las cosas, nosotros tratar de cuestionarlos un poco para tratar que ellos mismos se pongan a pensar en el tema y creo que funciona. De hecho estos chicos que fueron a construir van a estar el próximo año en la universidad entonces ya entran a la universidad con una experiencia previa de la situación de pobreza. A mí me hubiese encantado poder haber visto algo como el Techo mucho antes y creo que hubiera podido proyectar mi carrera distinto, que era lo que te decía hace un rato, y nada, estos chicos tienen la posibilidad de pensar eso desde ahora, entonces es más bacán creo.

¿Cómo crees que techo te ha ayudado a crecer personalmente?
Demasiado, demasiado. Demasiadas cosas. Hay miles de cosas. Mi trabajo particular en el techo, me obligaba a hacer muchas cosas. Personalmente como jefe de un grupo de gente que es una experiencia que uno normalmente no tiene de joven, cuando recién empieza a trabajar y que tiene un montón de cosas muy interesantes. Segundo, ser vocero. No me gusta mucho, no me gusta nada tener que estar hablando en público y saliendo en la TV y esas cosas pero lo tenía que hacer y ya no me molesta tanto. Es mas, creo que lo hago aceptablemente bien. Pero no sé, el trabajo del techo es tan amplio que aprendes cosas desde un principio, desde la relación con empresas, de temas comerciales también, trabajar con proveedores, tener construcciones todos los meses, hay un flujo de transacciones y actividad comercial grande en el techo, del trabajo comunitario aprendes demasiado, de cómo son las familias de los asentamientos aprendes muchísimo. Trabajar en un asentamiento te permite ver cómo funcionan diferentes programas o sectores del estado y qué cosas funcionan y cuáles no, en qué tenemos más dificultades para desarrollarnos como país. Demasiadas cosas. Creo que la naturaleza de las cosas que se hacen en el techo es tan amplia que aprendes mucho de muchas.

¿Crees que eso es solo en Perú o en todos los Techos?
No, en todos lados. Estoy seguro. Cada uno en su propio país. Cada uno debe de tener sus particularidades pero el fondo es el mismo: hay familias en situación de pobreza y una gran cantidad de la población a la que no le importa mucho, entonces el objetivo es el mismo y es nuestra responsabilidad también como voluntarios ver cómo funcionan las cosas en nuestro país, ver qué está pasando para cambiarlo. Entonces, ellos también sin duda aprenden demasiado de su trabajo en el techo.

Claro. En Chile ya están construyendo las viviendas definitvas. ¿Tú crees que un nuevo voluntario que entra a construir en vivienda definitiva es igual que uno que entra a la etapa de vivienda mínima? ¿Viven lo mismo?
Lo que pasa es que las viviendas definitivas no las construyen voluntarios. Por la naturaleza de las obras, es muy complicado para que lo haga un voluntario normal, lo que hacen los voluntarios es participar en los diseños de los proyectos de vivienda y el trabajo es uno bien especializado entonces lo más probable es que lo que estén ahí sean ingenieros o arquitectos, urbanistas los que estén metidos en ese trabajo. Implica desarrollar un proyecto de vivienda con todos los servicios entonces tienen una estrategia técnica bastante alta. Entonces no hay muchos voluntarios que entren a la etapa de vivienda definitiva como primer contacto con el techo y de otras carreras, sino es gente que ya está metida en el tema pero si creo que puede pasar lo mismo. Igual implica ir al asentamiento, conocer a la familia, ver cuáles son sus expectativas acerca de sus viviendas definitivas, cómo están organizados como comunidad, cómo van a prepararse para tener la vivienda definitiva, o sea, acompañarlos en el proceso de todo, hasta quién va a vivir en el primer piso, quién en el segundo y quién en tal calle. Miles de cosas de trabajos en asentamientos que deben de ser tan enriquecedoras como la construcción.

Igual existe como dijiste el contacto con la familia.

Si, de hecho. Igual nosotros tenemos un montón de voluntarios que van a entrar al Techo por primera vez a través de Habilitación Social. Bacán. Es una entrada diferente pero igual, no te excluye tampoco de ir a construir, sino al contrario, te debería de motivar para ir a construir mucho más y creo que al final se cumplen igual los objetivos.

Hace poco fui a censar por primera vez y creo que hacerlo es muy importante porque la gente puede pasar un montón de tiempo sin construir y al censar te das cuenta de todo el proceso que involucra asignar a las familias, que en verdad es bien fuerte. Volviendo a las raíces, vuelves a los asentamientos, vuelves a las familias.
Claro, todo el mundo debería de ir a censar. Yo fui hace dos semanas también y nada, es increíble porque ves la situación de las familias de una manera distinta. Desde otra perspectiva. Tienes que venderles un poco el Techo, presentarles cómo es el proyecto, a ver si tienen interés en participar también y tener tú el problema de poner en la balanza la situación de diferentes familias y regresarte en la combi pensando “Pucha y éste, va a salir o no va a salir?” Y tener eso en la cabeza y discutirlo después es muy fuerte. Cuestionas cosas desde ¿quién soy yo para decidir? ¿Con qué autoridad voy a decidir si se le va a construir a esa familia o no? Se juegan muchas cosas. De las cosas más bonitas que me han pasado en el techo ha sido cuando estoy en una construcción y encuentro a una familia a la que yo censé y nada, es bonito porque te das cuenta de la necesidad de la familia en ese momento y luego los ves trabajando y todo y es una sensación muy bonita. Todo el mundo debería de ir a censar y pasar por el proceso de asignación sin duda, es básico para entender el trabajo del Techo. Nosotros mismos estar metidos en uno de los problemas principales que hay que priorizar: con qué familias vamos a trabajar.

¿Quieres dirigir unas palabras al equipo?
Nada. Que revisen el “Infórmate”, que está muy bueno, vi la edición anterior y me gustó un montón, creo que hay tenemos que ponernos a pensar en esas cosas y discutirlas y hablarlas y cuestionarlas entre nosotros y ver si lo que hacemos está bien y ver por qué hacemos lo que hacemos y porque pasan las cosas que pasan en nuestro país. Es parte de nuestro trabajo estar informados y estar pensando en esas cosas así que todos lean.

Si tuvieras que describir el techo en una palabra, ¿cuál sería?
TODO. El techo es todo.

¿Y a nuestro equipo?
El mejor. Son dos palabras, pero el mejor. El mejor equipo.

Cerrando Migraciones...

por: Nae Hanashiro




El mes pasado, comenzó el nuevo calendario de Formación, en el cual se presentó el tema de “Migraciones”. La semana pasada tuvimos una cháchara sobre las causas y los efectos de estas últimas, donde nos acompañaron Camila Gastelumendi (Coordinadora del área de Voluntariado) y Daniel Hanashiro (voluntario del área de Detección y Asignación) como panelistas. Aquí va una nota breve sobre el tema:

Las migraciones a Lima, se dieron en períodos distintos. Uno alrededor de la década del 20 y una segunda ola en la década del 50. Es de esta manera como Lima crece. El tema de la migración es bastante amplio, no obstante tenemos patrones marcados. Hay migraciones de sectores rurales a sectores urbanos, de provincias a la capital y de un país a otro. Ahora nos vamos a enfocar en las migraciones a Lima, específicamente.

¿Por qué se migra? De hecho, un factor determinante durante las décadas del 80 al 2000 fueron la lucha armada y el terrorismo. No obstante, este no va a ser el foco del artículo. Hay diferentes mitos sobre las causas de la migración. En la cháchara pasada se entró en una polémica en torno a este tema. Una posición argumentaba que muchas veces la gente que migra lo hace pensando en que en Lima va a conseguir el éxito y que va a vivir como lo hace la gente de clase media y media alta. Mientras la otra, planteaba que tal imaginario colectivo no existía y que las causas de las migraciones iban más allá de lo que sería una analogía del sueño americano.

Personalmente, me inclino más por la segunda posición. Principalmente porque si bien en muchos casos la gente que migra se establece en AAHH y vive en condiciones terribles; en muchos casos, las condiciones en las que vivían anteriormente, eran más duras (por no decir peores). Hace unas semanas estuve en un caserío en Pisco, pasando la zona de Humay. Era un centro poblado constituido por 20 o 30 familias. El agua que tenían era del río, no había agua potable, no tenían luz ni desagüe. Además, la posta médica más cercana quedaba a media hora en taxi, y los taxis también se encontraban a media hora en carro desde donde estábamos.

Frente a este panorama, podemos concluir que, al menos en la mayoría de casos, las migraciones se dan porque el Perú es un país centralizado, en el cual, las condiciones de vida en zonas rurales llegan a ser más que precarias. Las personas que migran, en estos casos, buscan mejorar la situación en la que viven, buscan acceder a una educación mejor de la que pueden encontrar en el campo (donde la mayoría de colegios son unidocentes y pueden haber niños de 1er a 6to grado aprendiendo en una misma clase), buscan poder acceder a un servicio de salud básico, acceso a agua potable, a luz eléctrica, etc.

Las circunstancias en las que viven las personas en Asentamientos Humanos no son buenas, para nada, distan de estar dentro de lo aceptable. No obstante, el caserío que visité en Pisco era ya infrahumano. Recordando que estamos hablando de una provincia de Ica, uno de los cinco departamentos más desarrollados del Perú.

El impacto que ha dado la inmensa cantidad de migraciones a Lima es notorio: asentamientos humanos han crecido (y lo continúan haciendo), cada vez son más las personas que se enfrentan a una vida sin servicios básicos, la tasa de desempleos sube, los recursos ofrecidos no son suficientes para una población limeña que sigue aumentando y aquellos que se trasladaron a la capital con la esperanza de solucionar sus problemas, están, en la mayoría, lejos de poder hacerlo.

martes, 1 de julio de 2008

Distribución de la población peruana

Fuente: Geomundo - Blog


En el Perú, la población se encuentra distribuida irregularmente; se aprecia una gran concentración poblacional en las zonas urbanas, principalmente en la costa, y en algunas localidades de la sierra; y una despoblación en las zonas rurales, tanto de la costa, sierra y selva. Así se tiene que el 52% de la población vive en la costa, el 35% en la sierra y el 13% en la selva. Las cuatro ciudades más pobladas son Lima, Arequipa, Trujillo y Chiclayo. Entre los principales factores que han dado lugar a esta desigual distribución poblacional se encuentran:


  • La centralización económica. La concentración de actividades industriales y de servicios, como educación, salud y vivienda, ha hecho de Lima capital el principal centro de atracción.
  • El terrorismo. La aparición de movimientos subversivos en la sierra peruana durante la década del 80, que pretendían conseguir el poder a través de métodos violentos, hizo que numerosas familias campesinas abandonen sus chacras y viviendas por temor a ser asesinadas.
  • Las características geográficas de algunas ciudades. Las ciudades de la costa peruana se caracterizan por presentar un relieve llano y ubicarse cerca al mar el cual se constituye en una importante fuente de trabajo y alimento.
  • Otras características que intervienen son: el clima, la disponibilidad de recursos naturales, la cercanía a fuentes de agua, etc.

Para poder visualizar la distribución de la población debemos recurrir al indicador demográfico conocido como densidad poblacional. Este indicador muestra el número de personas que vive en un kilómetro cuadrado.Cuando un espacio muy grande está habitado por una población reducida, se dice que la densidad es baja; por el contrario, cuando un espacio muy pequeño está ocupado por una población grande se dice que existe una alta densidad. Así, en el Perú, los lugares menos densos corresponden a los departamentos de la selva, donde incluso existen zonas prácticamente deshabitadas, y los más densos a los departamentos de la Costa y en menor medida a los de la sierra. Es en los departamentos más densos donde se ha desarrollado una importante actividad industrial, comercial y financiera, así como un fuerte crecimiento de las ciudades a través de procesos de urbanización.

Las Migraciones
El tamaño de una población también se ve afectado por el número de personas que ingresan y salen de su territorio. Los desplazamientos de población sobre la superficie terrestre reciben el nombre de migraciones. Los movimientos migratorios pueden ser de dos tipos:
a) Internos: cuando se produce la trashumancia (acto por el cual un poblador abandona su lugar de origen para residir en otro sin salir de su país natal. Ejemplo: El limeño que vive en Cajamarca o el chiclayano que vive en Lima.
b) Externos: aquí se produce la emigración (acto por el cual una persona sale de su país de origen para residir en otro) y la inmigración (cuando se ingresa a un país extranjero con el propósito de residir). Ejemplo: el peruano que vive en Estados Unidos es para nosotros un emigrante, sin embargo, para los norteamericanos será un inmigrante.

Los principales factores que motivan la realización de movimientos migratorios pueden ser clasificados en naturales y humanos. Entre los factores naturales podemos señalar los huaycos, terremotos, sequías, lluvias torrenciales, etc. Mientras que, entre los factores humanos destacan las guerras, el terrorismo, la falta de trabajo, estudio, entre otros. En nuestro territorio los movimientos migratorios tienen un desplazamiento de este a oeste y se deben, principalmente, a factores humanos. El fenómeno migratorio en el Perú, sobre todo en las últimas cinco décadas, ha motivado diversas consecuencias, por ejemplo:

  • El enorme crecimiento de las más importantes ciudades costeñas, entre ellas Lima.
  • El abaratamiento de la mano de obra.
  • Menor calidad en los servicios básicos.
  • Ocupación de los cerros para el establecimiento de viviendas y barrios
  • Incremento de prejuicios raciales y discriminación.
  • El crecimiento explosivo de la informalidad, en tanto que la capital no ofrece las oportunidades de trabajo deseadas.
  • Intercambio cultural enriquecedor.

lunes, 30 de junio de 2008

“El Perú vs. La pobreza: ¿Cómo haríamos?"

por: Nae Hanashiro



Hace unas semanas, tuvimos un seminario en distintas universidades. El jueves 19 de junio, en la PUCP, tuvimos de invitados a los economistas Pedro Francke y Enrique Vásquez y a Álvaro Calado, actual director de Habilitación Social, quienes expusieron sobre el tema de la pobreza.

Nuestro primer expositor fue Pedro Francke (economista. Actualmente es profesor de Economía de la PUCP y Director de la revista "Bajo la Lupa"). Francke nos explicó en líneas generales el tema de la pobreza rural y la pobreza urbana. Para empezar, señaló que la pobreza puede verse desde diversos niveles y dimensiones. No obstante, a él le parece importante diferenciar entre la pobreza rural y la urbana. Sobre la primera, podemos decir que su situación es bastante más drástica. Hay veces que no hay luz, agua potable, centros de salud precarios, etc. En términos estadísticos, se ve que hay más personas en situación de pobreza en los ambientes rurales (en comparación con el espacio urbano). El 60% (o más) de las personas que viven en zonas rurales, viven en situación de pobreza. En otras palabras, es una población que gana menos de 120 soles al mes por persona.

Llegado a éste punto, se planteó la pregunta de por qué son pobres. “Hace algunos años” explicaba Francke,”…pensaba que aquellos que eran pobres, lo eran porque, tal vez, no se esforzaban mucho”. No obstante, por medio de cálculos matemáticos, llegó a la conclusión de que él ganaba, digamos, 100 veces más que una persona en situación de pobreza
. “Entonces”, se preguntó nuestro expositor, “¿Eso quiere decir que yo me esfuerzo 100 veces más que una persona en situación de pobreza?”.

Lo que sucede, señaló, es que el Perú es altamente desigual, lo cual conlleva (en parte) a la pobreza. Esta última se puede ver en la educación, salud, etc. En el caso de la educación es bastante evidente. Aunque más resaltante es en la zonas rurales. Es en dichos lugares que tenemos colegios unidocentes. Estos son colegios en los que puede haber treinta alumnos entre 6 a 12 años con un mismo profesor, en una misma clase.

Todo esto nos lleva a resaltar la brecha que hay entre la situación de pobreza en la ciudad y la que hay en el campo. Tenemos que 10 o 12 por mil niños mueren cada año en Lima, pero en Huancavelica es de 80 por mil.La causa más común, de esto, son las infecciones respiratorias agudas, que se dan tanto por el frío como por consecuencia de que se cocine dentro de la vivienda. Otras causas de mortalidad son las diarreas (se evidencia el problema del agua), la desnutrición, que va acompañada de dietas inapropiadas, entre otros.

El Estado hace mucho o poco con respecto a la pobreza. No obstante, señala Francke, la sociedad no ejerce mucha presión sobre este tema. De alguna manera, la intervención del Estado, puede ser estimulada por la presión que ejerza la sociedad.

Después de ver, de manera general, el tema de la pobreza, Enrique Vásquez (economista de la UP, M.Sc y Ph.D. en Política en la Universidad de Oxford, especialista en políticas y programas de lucha contra la pobreza) expuso enfocándose en el tema de la gestión.

Primero, se centró en el tema del gobierno de Alan García, quien se planteó, como metas al 2011, cuatro puntos:
o Lucha contra la pobreza
o Erradicación de desnutrición crónica infantil
o Mejora de la salud de madres y niños menores de 5 años
o La calidad educativa como prioridad
Vásquez indica que hay un presupuesto “alto” para este programa, pero que el problema es la ejecución de los recursos. Solo el 43% de los recursos, se ha podido ejecutar (adecuadamente).

¿A qué se refiere con esto?
Vásquez pone un ejemplo: En Tumbes, hay una plaza bien grande, cuya construcción y arreglo requirió una gran cantidad de plata. La plaza era en honor al árbitro. Esta situación, es poco coherente con el entorno de pobreza. Un caso similar se ve en Madre de Dios, donde se instaló un mirador con ascensor.

Soluciones costo – efectivas
Para Vásquez, lo que debería cambiar es la regresividad en el gasto público. ¿Qué es la regresividad? Un ejemplo, en los 5 departamentos con menos carencias se recibe el doble de recursos que los 5 departamentos más pobres del país (esto, en términos de salud). Entonces, la problemática recae en que se invierte de manera inequitativa. (Se les da más a los que tienen más): hay un escaso gasto de capital en los departamentos más pobres.

La propuesta de Vásquez es que se invierta el orden en tres puntos importantes:
1. En la educación. La educación inicial es bien importante, ya que a la larga, es más rentable, aun más que la educación secundaria
2. Hay gran exclusión por la presencia de la regresividad del gasto.
3. Hay dinero pero no se atiende adecuadamente.
Para el desarrollo de capital humano no solo debe actuar el Estado. Puede haber tercerización (el Estado deja que otras instituciones se encarguen de estos temas. Tal es el trabajo de las ONG’S, etc.)

Es en torno a esto que Vásquez plantea los elementos necesarios para tratar la pobreza. Por un lado, se debe mejorar la calidad del capital humano (salud, educación, nutrición, políticas seguridad. Asimismo, desarrollar su capital físico (agua y desagüe, techo, caminos, telefonía). Finalmente, se debe vincular a la persona con el mercado (para evitar exclusión) y así, aumentar la capacidad de las personas.

En síntesis, la presentación de Enrique Vásquez señala las problemáticas de la gestión del Estado, en torno al tema de la pobreza. Para finalizar, hace énfasis en la falta de desarrollo de las capacidades técnicas (del Estado), lo cual conlleva al problema de calidad de administración pública y su orientación a favor de los más pobres.

Hacia el final del seminario, Álvaro Calado (Sociólogo de la PUCP y actual director de Habilitación Social de UTPMP) habló sobre el enfoque de la pobreza con el que trabaja UTPMP. Este es el AVEO: Activos, Vulnerabilidad y Estructura de Oportunidades

Primero pasaremos a explicar los conceptos para luego llegar al punto central. Todas las familias tienen recursos (estos pueden ser materiales o inmateriales). Por otra parte, tenemos el término “el activo”. Los activos son aquellos recursos que permiten alcanzar los niveles de bienestar propios de la sociedad moderna. La posesión de activos determina la capacidad de familias de aprovechar la estructura de oportunidades.

¿Qué es la estructura de oportunidades?
La probabilidad de acceso a bienes, servicios o al desempeño de actividades que inciden sobre el bienestar de las familias. Lo que se busca, entonces, es que los recursos se transformen en activos. Los recursos de las familias en situación de pobreza se dividen en: trabajo, capital humano, los recursos productivos, las relaciones en el hogar y el capital social.

Dentro de todo esto, cuál es la diferencia entre recurso y activo. El recurso es un bien material o inmaterial. Un recurso se convierte en activo cuando permite que las familias aprovechen la estructura de oportunidades. Conjuntamente, tenemos el término “pasivo”. El pasivo va a ser la barrera que impide la utilización de los recursos que uno posee, lo cual implica la transformación de un recurso a un activo o la acumulación de estos últimos. Es decir, no permite aprovechar la estructura de oportunidades.

UTPMP ve la vivienda como un activo, puesto que satisface necesidades habitacionales, puede ser empleada para actividades productivas dentro del hogar y desarrolla estrategias de incorporación (se invita gente a la casa, se establecen relaciones familiares y de amistad).

Además de la construcción de la vivienda, tenemos el trabajo de Habilitación Social, el cual actúa según las necesidades identificadas en la comunidad.

Dicen que Ramón Castilla no ha firmado la libertad…

por: Rodrigo Yllaric

1.
-Chupetes…caramelos…cigarrillos….chupetes…cigarrillos…caramelos…chupetes… ¿cigarros señor?...veinte centavitos…gracias…chupetes…caramelos…cigarrillos…
Los atardeceres en Huancayo suelen ser bonitos. Sentada la gente en la Plaza de la Constitución, miran como el sol va alternando sus colores, haciéndose estos cada vez menos descriptibles. Ventiscas vienen y pasan, a veces algo fuertes y a veces, como si ahorraran energía, depositan sólo el aire necesario para refrescar los rostros cansados de aquellos hombres que regresan de trabajar.
Los viernes en Huancayo, como en toda provincia que sabe hacerse respetar, son alegres. Las risas de los grupos animosos resuenan en las paredes de la catedral, haciendo creer que es el valle entero quien se ríe de nosotros.
-Cigarrillos…chupetes…caramelos…
También hace su frío. Estela tiene por eso que cuidarse la garganta, no vaya a ser que, como ya ha ocurrido otras veces, se le apague la voz, perdiendo así su principal herramienta de trabajo.
-Cigarros…caramelos…caramelos de limón…chupetes…cigarros…
Casi al centro de la plaza, Ramón Castilla la mira, burlón.
“En homenaje al mariscal Don Ramón Castilla, en agradecimiento por la abolición de la esclavitud”
En placa dorada y con respectivas firmas de las autoridades correspondientes, la frase sarcástica parece dirigirse a Estela con sorna.
-Chupetes…cigarrillos…caramelos…cigarros…compre caramelo de limón…

2.
-Ayer ha muerto mi padre. Me ha dejado la casita, y los patos que tenía; voy a engordarlos para convidarlos en su velorio. Los vecinos lo querían, así que supongo que irá bastante gente, y como ya no tengo a mi mamá…voy a tener que cocinar todititito yo solita nomás. Tal vez le pida ayuda a la Rosa, pero ella anda tan ocupada con lo de su hijito que no creo que le quede tiempo para cocinar en casa ajena.
Ojalá que venga el Héctor. Me dijo que venía para llevarme a Lima, pero no sé todavía si quiera ir. Dice que acá no podemos tener a nuestros hijitos, que más progreso hay allá, y que vayamos y vayamos y vayamos. En el fondo tiene razón: vendiendo caramelos no saco casi nada, y vendiendo hierbas en la feria los domingos, tampoco se saca mucho. Allá en Lima hay harto para vender.
Lo que me preocupa es el clima…el cielo allá es grisgrisgris… “¿Cómo van a crecer allá mis hijitos?”, le pregunté el otro día al Héctor…el dice que uno se acostumbra…que al final le agarra cariño al clima loco. “¿Y la casa?” le pregunté “se consigue nomás” me dijo, “yo tengo un dinerito ahorrado, y a mis primas que están por allá. Tú en cambio…” Se quedó calladito, el Héctor, al ver que me venía la llorona por hacerme acordar que ya toda mi familia se había muerto. Pero si pues, tiene razón: acá no tenemos parientes, allá siquiera están sus primas…

3.
-Cigarrillos….caramelos….caramelos…lleve cigarros…chupete…caramelos…
-¡Esteeelaaaa!
-¡Héctor!
Corrió Estela a abrazar a Héctor.
-Mira.
Héctor le enseñó un papel doblado cuidadosamente en dos.
-Es una constancia de propiedad...he comprado un terrenito en Carabayllo, allá en Lima, y nos están esperando los cartones y los plásticos para empezar a armar la casita…momentáneo nomás, no te preocupes, que ya después…¡puf!...para arriba y con su jardinzote en la entrada…
-¡Héctor loco!
Estela abrazó a Héctor.

4.
Los atardeceres en Carabayllo, si bien no son tristes, tampoco son del todo alegres. A veces, cuando no está muy nublado, se puede ver el sol caer sobre la ciudad que crece al pie del cerro.

5.
-Cuando nació mi segunda hijita pusimos el piso falso. Es que me preocupaba yo de que crezca en la tierra, pues, acá todo es tierra…aunque la tierra también tiene su buena cosa, ah, mi hijita la primera, en la tierra y todo creció pero me salió inteligente. Ha sido siempre la primera de su salón, y para qué, ha tenido suerte porque su tía le paga colegio particular.
Dos mujercitas tengo. Creo que si el tercero hubiera nacido hubiera sido hombrecito, pero lo perdí cuando me caí por cargar el agua…por algo habrá sido…todo pasa por algo…
Sigo vendiendo hierbas, en el mercado de allá abajo, algunos días nomás. Y para qué, gano lo mismo que ganaba en Huancayo…pero ya cómo vamos a regresar pues…aunque de esterita nomás y forrada con plástico, le he agarrado cariño a la casita. Con nuestras manos la hemos armado pues. Además, la junta directiva dice que ya para octubre nos ponen agua y desagüe…qué bueno, porque ahora la plata, si no se me va en comida, se me va en agua…

6.
Todavía Ramón Castilla mira a Estela con burla desde la Plaza de la Constitución. A veces a Estela, mientras está sentada en la tarde viendo a su hija jugar afuera, le parece verlo.
“¡Bah!”, piensa, “con lo que cuesta esa placa dorada que tiene, podría comprar nuevos plásticos para mi techo, que ya vi que en invierno va a gotear duro…”

Migración en el Perú: de lo rural a lo urbano

Por: Micaela Cortés

La migración de áreas rurales hacia urbanas es un proceso que surgió hace muchos años. Con el paso del tiempo, es cada vez es más el porcentaje de la población que se desplaza a zonas urbanas, en mayoría, a ciudades en la costa. Aprovechando el censo del domingo 8 de junio, les preguntamos a aquellas personas que habían migrado desde otros departamentos hacia Lima y que actualmente viven en el asentamiento “Nueva Juventud” en Carabayllo, acerca de las razones y consecuencias a las cuales se enfrentaron durante este cambio.

Sabemos que, en términos generales, la migración se da porque las personas quieren tener más oportunidades de desarrollo, un mayor acceso a los servicios y para poder mejorar sus condiciones de vida. Algunas personas, como el señor Cristian de Huánuco o Lily Lopez de Amazonas, nos contaron que habían migrado para conseguir un mejor trabajo y para superarse a sí mismos. Sin embargo, en el caso de Cristian, uno de los primeros problemas que experimentó fue una fuerte discriminación, la cual actuó como una barrera para lograr lo que él quería.

Adela Lozano vino sola desde Iquitos y el tipo de violencia que ella sufrió fue diferente: su madrina, la cual la recibió cuando llegó a Lima, la maltrataba, a pesar que Adela la ayudaba en la crianza de los hijos. En realidad, haberse mudado no cambió su situación: en Iquitos, ella vivía en una zona urbana y sus preocupaciones eran las mismas que las que tiene acá. Son 8 las personas que habitan en su vivienda, 50 soles los que gana semanalmente y 0 el número de servicios con los que cuenta.

Otras personas migran con su familia completa. Un jefe de familia de Huánuco viajó a Lima con su madre, su esposa y sus hijos y se quedó para conseguir un trabajo que le permitiera mantener a su familia. Ellos, no tienen una casa propia: viven en un cuarto alquilado.

Así, hay muchos casos. Seguro que entre las casas que hemos construido, más de una familia es proveniente de una zona rural de nuestro país y viajó a la ciudad buscando mejorar sus condiciones de vida. Creo que no hace falta recalcar la situación en la que viven estas familias: lo hemos visto con nuestros propios ojos y lo hacemos cada vez que vamos a un asentamiento. Ahora, es cuestión de ponernos a pensar qué podemos hacer para mejorar esta situación, cómo podemos ayudar para que los miles de inmigrantes que se instalan en la capital de nuestro país no terminen experimentando los malos efectos que trae consigo la migración.

Es parte de la mente humana buscar mejores oportunidades y una mejor calidad de vida. Sin embargo, debemos de ser concientes del daño que está causando esta migración y cómo, por ella, las dificultades de desarrollo en la ciudad y en nuestro país siguen incrementando.

jueves, 26 de junio de 2008

Entrevista a Carlos Gatti Muriel

Por: Rodrigo Yllaric y Ana María Mendoza

¿Cuál es la responsabilidad social de los jóvenes universitarios?
Yo creo que todos nos hacemos y nos construimos en sociedad. Nadie puede nada solo; es decir, el "yo" crece necesariamente en relación con otros. En ese sentido, somos en sociedad; nos hacemos en sociedad. Cada uno es un "yo" en relación con otros. No hay "yo" sin "tú", ni sin "ellos". Es por eso que todos tenemos una responsabilidad social, absolutamente todos. No solamente los universitarios, pero los universitarios, por el hecho de ser privilegiados dentro de la sociedad, tienen que asumir más responsabilidades. No se puede justificar el privilegio si no es con la responsabilidad. Entonces uno va a la universidad para liderar, para constituir élites conductoras, que promuevan a la colectividad. Uno se hace y se salva con los otros.

Entonces, ¿por qué se habla de una juventud apolítica?
Nadie es apolítico. Político viene de polis, y polis significa ciudad. Y vivimos en ciudad, el "yo" vive en ciudad en relación con el "tú". Lo que sí creo que puede haber en la juventud es cierto hartazgo ante los partidos políticos, que es diferente. Si la polis es totalidad, hay gente que entiende que gobernar o regir la polis, debe hacerse de tal modo y no de otro, es entonces cuando surgen las ideas particulares, surgen las partes, que es de donde viene la palabra partido. Lo grave está en confundir la parte con el todo, si yo gobierno solamente pensando en mi parte, en lo que piensa mi partido, olvido a otras partes y ya no gobierno para todos. Tal vez eso es lo que hemos visto mucho: partidos que gobiernan para la parte y no para el todo. El hartazgo puede venir de eso.

Pero, yendo más allá de la filiación a un partido, ¿por qué la indiferencia de la juventud?
Sucede que además del hartazgo por los partidos y por la ineficiencia de los partidos, también hay una fuerte tendencia hacia el individualismo por una mala comprensión del "yo" y de la condición de la persona. En verdad no estamos creciendo como personas si nos limitamos a una perspectiva individualista, no estamos creciendo como "yo" si nos limitamos a una perspectiva aislasionista. Pero, desgraciadamente, mucho de lo que hoy nos mueve o nos atrae es el supuesto éxito particular o el éxito individual, olvidándonos de que el bienestar de todos es básico para el bienestar individual.

El bien propio como parte del bien común...
Claro, el bien propio se deriva en buena parte del bien común.

Y con respecto a la pobreza: ¿en el Perú es un estado o una condena a perpetuidad?
El hombre no es un ser condenado; no ha nacido para ser condenado. Yo creo que el hombre se diferencia del animal en que el animal es movido solo por causas, está condenado a repetir respuestas ante las mismas causas. El hombre no. El hombre tiene fines, se mueve por fines, no por causas, y esos fines pueden ser variados. Es cierto, hay circunstancias que favorecen el progreso, como hay circunstancias que lo retardan. Entre las circunstancias que retardan el progreso están todas aquellas que surgen del individualismo, la soberbia, la ira, la violencia, la envidia. Estas circunstancias pueden hacer que uno la tenga más difícil o más fácil en su camino de búsqueda de la felicidad.
Yo diría que es la buena administración del amor, del amor al "yo". Si el "yo" se ama, necesariamente va a tener que dar cabida al otro, porque es el otro el que le va a permitir crecer. El amor al "yo", el amor al otro, lleva, indudablemente, a un crecimiento y desarrollo no sólo personal, sino de la historia en su conjunto, y a ser la base de la paz y del progreso. Como nos enseña La Odisea en la última rapsodia: es el amor, que remplaza a la venganza, el que sirve de base para que se establezca la paz, y sólo en la paz se puede dar el progreso. El hombre tiene que convencerse de que dispone del amor como instrumento. Y es eso lo que, por ejemplo, los motiva al voluntariado.
No debemos entender que la vida es una condena. Indudablemente la pobreza es un estado, y es un estado del que debemos tomar conciencia, estar en la pobreza es un malestar, y dejar que otros estén en la pobreza es también un malestar, un malestar social. Hay que saber que se está, hay que querer salir, y tercero hay que buscar el modo de salir de ese malestar. La relación querer-deber-poder, y a esto yo añadiría el "saber". Porque el saber es lo que te va a crear la idea del deber salir y lo que te va a llevar al querer salir y lo que te va a llevar a buscar los medios para poder salir.
Y en ese sentido yo felicito las iniciativas de voluntariado, porque hacen crecer a unos y a otros; y porque quien cree que da, en verdad está recibiendo; y quien cree que recibe, en verdad también está dando. Es muy positivo, y ahí se da ese juego, entre "yo" y "tú", ahí se da la colaboración.

Un tema que está siempre presente en los debates entre integrantes de UTPMP es el asistencialismo. En su opinión: ¿hasta qué punto puede el asistencialismo ser beneficioso o perjudicial?
Yo creo que el asistencialismo encierra riesgos. Uno: llevar a esta situación en la cual el otro hace por mí, y punto. Ese es un peligro. Yo me arrimo a alguien que me apoya, tengo un padrino (sea voluntariado, gobierno u organización religiosa), él hace por mí y yo me dedico a pasar el tiempo. Ese es un posible problema. Que el "yo" no se sienta impulsado a crear y a crecer, que no se enriquezca, que se limite a pasar la vida o a dejar que la vida pase por delante de él.
Visto de otra manera, quien va a ayudar puede estar movido por la compasión, y compasión significa 'padecer junto con'. Está bien. Uno empieza por ahí. Yo me siento víctima, como es víctima la persona que perdió su casa en el terremoto. Entonces ella padece y yo padezco con ella. La compasión puede ser positiva siempre y cuando sea como un primer peldaño dentro de una escalera, pero puede ser muy peligrosa si nos quedamos en el primer peldaño, porque ahí nadie hace nada.
Yo lo que creo es que no basta con padecer juntos. Esto puede justificarse siempre y cuando sea un estado transitorio e inicial que dé lugar a otro paso: la actividad. Por lo mismo, yo creo que quien va a ayudar, a asistir, para no caer en el asistencialismo, lo que tiene que hacer es ir cargado de entusiasmo y contagiar el entusiasmo por la actividad. El entusiasmo me lleva a actuar, y no ha "padecer con". Puedo empezar por "padecer con", pero eso debe llevarme a la acción.
Y no sólo quedarme yo como asistente o asistencialista al actuar, sino que tengo que contagiar la vocación por la acción al otro. Así como hay compasión, me gustaría usar una palabra que uso hace unos años, que no existe en nuestro diccionario, pero que permite ilustrarnos bien: "conacción". Lo que tenemos que hacer es desarrollar no sólo la compasión, sino la "conacción". Es decir, yo soy activo, me entusiasmo por la actividad y trato de despertar en el otro el mismo espíritu de actividad. De esa manera crecemos uno y otro y podemos soltar al otro para que camine solo, ya entusiasmado. Esta, precisamente, es una palabra muy bonita: "entusiasmo". Viene de Zeus, significa estar movido por Zeus, por un espíritu divino, capturado por una voluntad de hacer, divina.
Lo importante creo que es ser más conactivos que compasivos. Y eso significa no solo acción mía, sino colaboración, cooperación en el trabajo, ponerse en el mismo nivel de participación.

Y de esa forma se consigue mejor la idea de reciprocidad, de la que hablábamos al comienzo...
Exactamente. Y la vida se va entendiendo como un juego de iluminaciones, porque en la medida que ves que el otro crece, no solamente retroalimentas tu confianza y autoestima, sino que tú mismo vas creciendo, y entonces viene este juego de luces e iluminaciones que va de un lado a otro que llamamos amor. Bueno, dentro de esta "conacción", también buscamos cierta integración, que no sé qué tan posible sea de lograr, siendo el Perú un país tan diverso en todos sus aspectos. Entonces ¿es posible lograr esta integración y formar una sola nación peruana?
Si yo me valoro, y reconozco en el otro a mi semejante, a mi igual, yo aprendo a valorarlo, a estimarlo en su modo de ser diferente. Y esto creo que tiene una consecuencia muy positiva: las diferencias enriquecen la vida. Si todos fuéramos lo mismo, nos dedicáramos a lo mismo, pensáramos lo mismo, seríamos muchísimo más pobres. Nosotros avanzamos gracias a que hay científicos, artistas, agricultores, entonces es esa diversidad la que permite que la sociedad en conjunto avance más, y que cada uno de nosotros avance más, y que cada uno de nosotros se beneficie. A mí me parece importante la diferencia, y hay que aprender a apreciar la diferencia como algo valioso que a mí me enriquece y que me termina favoreciendo. Yo diría: la diferencia enriquece la vida. Otros encarnan ideas, modas, estilos; modos de ser, que me complementan, que yo no las tengo pero que me complementan. Yo aprovecho de un lado y de otro lado, de las diferentes culturas, de las diferentes mitologías, porque es eso lo que nos hace más grandes.
No se trata sólo de tolerar la diferencia, sino de algo más: yo aprecio al otro en su modo de ser diferente porque en su modo de ser diferente él me da lo que yo no tengo. Yo veo lo que yo no tengo, lo que yo por mí mismo y solo no podría ser. Por otro lado, yo no sé si se trate de hacer una sola nación. Tal vez queramos pensar en país. Pero un país puede estar integrado por varias naciones, por varias nacionalidades, y con sus diferencias. En ese sentido yo diría que hay que empeñarse en ser un país, que el Perú sea un país enriquecido por la diversidad. Además, la idea de nación, que es una idea propia del s. XIX, para mí, desgraciadamente fue el origen de varias guerras. Me resulta un poco dura esa palabra por las consecuencias a las que han llevado los llamados "nacionalismos": tantas muertes, tantas guerras, tantas injusticias. Yo prefiero pensar en país como un territorio en el cual conviven varias naciones armónicamente integradas y apreciando la diversidad. El Perú es un país riquísimo en diversidad.

Pero, podemos observar que el Perú no ha sabido aprovechar esta diversidad, sino más bien, ha sido un obstáculo en su desarrollo.
Exacto. ¿Por qué? Por este otro aspecto: las diferencias, o la conciencia de diferencias, tienden a generar sospecha. Toda diferencia se vuelve sospechosa, y al volverse sospechosa lleva a la intolerancia y al conflicto. Hay gente que prefiere mantenerse en la sospecha respecto del otro, porque el otro es distinto, que en descubrir la verdad. Es corriente que imaginemos que el distinto, que el ser distinto genera algo negativo. Sospechamos de lo que sentimos diverso, diferente, y esta sospecha tiende a generar la intolerancia y el conflicto.

Sobre la empresa privada en el país, se dice que olvida sus obligaciones con el país que la acoge y que no propicia el desarrollo dentro de lo que tiene posible. ¿Qué tan cierto es esto? y ¿qué rol debería cumplir la empresa privada dentro del desarrollo social?
No soy un especialista que haya estudiado el comportamiento de las empresas privadas en nuestro país, pero hay ciertas cosas que obviamente se tienen que cumplir. Por ejemplo, cumplir con las disposiciones legales vigentes. Si el país tolera ciertas conductas a ciertas empresas, sobre todo extranjeras, que no son toleradas en otros países, eso está mal. Entonces, no solo podría ser un problema de las empresas privadas sino también un problema del Estado, que tal vez por intereses particulares tolera ciertas cosas.
Creo que, en términos generales, la empresa privada tiene la función de dar ejemplo: dar ejemplo de buen funcionamiento mediante el respeto a la naturaleza, a las normas legales, a las personas; y esto es muy importante. Vuelvo a la idea del amor. Alguna vez leí en un libro muy interesante que durante buen tiempo las empresas se guiaron por la política del palo, luego se cambió por el concepto de la zanahoria: así como se hace caminar al caballo poniéndole una zanahoria adelante a la cual pretende alcanzar pero que difícilmente alcanza, también las empresas se movían con estos estímulos que ponían delante de los trabajadores. El autor hablaba de que ya habían terminado la era del palo y la era de la zanahoria, y que era el momento de la empresa movida, vuelvo a la palabra, por el amor. Esto es posible. La empresa debe verse como un organismo, y un organismo es un conjunto de órganos. La empresa debe ser un organismo bien articulado y la salud del organismo va a depender de la salud de los órganos. Claro, cuando se quiebra la armonía del conjunto, se afecta todo el organismo.
Si uno ama a la empresa en la que está, si uno ama lo que hace y lo que quiere hacer, ahí estamos en salud. Y eso puede llevar al orgullo de identificarse con la empresa en la que uno está, con esta idea de pertenencia, que es algo propio de los mitos, según dice Rollo May, "la identificación con algo colectivo". Yo me identifico con esto, hago bien las cosas, yo soy de la empresa, la empresa es mía. Ese es el principio del amor, podríamos decir.
Otro aspecto es que la empresa privada puede dar ejemplos de eficiencia y eficacia, y ese gran ejemplo puede ser aprovechado por el Estado para convertirse también, por imitación, en una empresa eficiente y eficaz. Lo que pasa es que en la empresa privada, si se hacen mal las cosas, alguien X pierde; en cambio, si en las empresas estatales se hacen mal las cosas, pierde la totalidad del país. El Estado solo no puede asumirlo todo, y más aun, en nuestro medio no estamos preparados para convertir al Estado en una realidad eficaz y eficiente, todo lo contrario.

Con respecto a las viviendas mínimas que nosotros construimos. ¿Serán realmente efectivas? Es decir, ¿qué soluciones concretas pueden brindar a las familias o a los asentamientos, los módulos que construimos?
Yo creo que sí son efectivas, pero me parece que se está resolviendo un problema de modo transitorio, y eso es fundamental para casos de emergencia. Pero es, si se quiere, un primer peldaño, tal vez en parte movido por la compasión, aunque ya ahí podría haber una "conacción" en tanto que participan ayudando a construir los propios damnificados. Pero además de eso, ya como pasos sucesivos, creo que crea ejemplo, para aprender a vivir mejor, porque, aunque sean unas casitas minúsculas, ya hay condiciones de salubridad que no existían, tal vez, en las casas que tenían antes. Y probar eso a uno lo hace decir "sí puedo vivir mejor" y también crea ejemplo para hacer: si otros pueden hacerlo, por qué yo no puedo. Entonces ahí se cumple el paso de la compasión hacia la "conacción". En ese sentido es muy útil, pero hay que verlo como un proceso, no como un resultado inmediato. Es una semilla que podrá dar origen a una planta frondosa y cargada de frutos si se administra bien.

Si no fuera ese el caso sería un asistencialismo completamente inútil....
Claro, si es que las personas no aprendieran a vivir mejor, a desarrollar capacidades que están en ellas, pero que están adormecidas.

Y sobre todo tener la intención de continuar progresando al ver que es posible hacerlo.
Por eso decía: crea ejemplo para vivir mejor y crea ejemplo para hacer.

La construcción de los módulos es una primera etapa del proyecto. Ahora estamos empezando una segunda etapa de "habilitación social". Mediante mesas de trabajo en los asentamientos creamos planes de desarrollo para las comunidades en las que se ha construido. Pero, ¿qué tan posible es esto en un país en el que se nos pone tantas trabas burocráticas?
Es difícil, indudablemente. Pero hay que educar al Estado, y el mejor predicador es el ejemplo. No es cuestión de solo ideas.
Esa es una de los motivos también de la construcción de las viviendas por voluntarios universitarios; que sirva como denuncia, el enseñarle al Estado y a la sociedad en general que algo anda mal, y que nosotros lo estamos manifestando al ir a construir con las mismas familias.
De acuerdo. Dices bien, porque acá hay que enseñar a dos: enseñar a la gente a aspirar a algo mejor, a ser activa, a ordenar su vida, a no esperar el asistencialismo; y segundo: enseñarle al Estado a ser promotor de las mejores iniciativas para ayudar a la gente y así todos salimos ganando.

En esta segunda etapa de habilitación social trabajamos con los que podrían parecer dirigentes escogidos al margen de lo que demanda el Estado, escogidos por la misma comunidad. ¿Qué beneficios y perjuicios puede traer esto?
Tú dices al margen del Estado y al margen de los poderes locales constituidos, ¿verdad? Yo creo que hay dos cosas. Por un lado puede haber problemas pero por otro beneficios. Problema: los celos. Ese es un problema grave. Hay muchas rivalidades y divisiones, como si al hombre le gustara siempre estar dividido, partido, hablando mal del otro, etc. Es una constante humana.
Por otro lado, hay organismos alternativos que pueden afectar la institucionalidad y la representatividad oficial, problema complementario con los celos, muy reales, y que no podemos negarlos porque forman parte de nuestra conducta humana. Son partes pues de la soberbia, la envidia y la ira.
Pero respecto a los beneficios; yo creo que hay que crear líderes, élites, en el sentido positivo, del que hablaba antes, gente capaz de conducir a otros. Y la idea del ejemplo. Obviamente, si un señor es efectivo, da buen ejemplo en su participación en el trabajo con ustedes, en buena hora. Los otros van a imitarlo, van a terminar aceptándolo por más celos que puedan haber. El hecho de haber sido alcalde por votación no necesariamente garantiza una eficacia; en cambio la acción, el buen ejemplo, eso puede estar justificando al hecho de que alguien asuma el cargo.

El área de Formación y Voluntariado de UTPMP organizó el martes pasado un conversatorio entre los voluntarios sobre la pregunta que le voy a hacer a continuación: ¿se puede considerar a la juventud peruana actual un agente de cambio?
Indudablemente sí. Yo diría que todos podemos ser agentes de cambio. Los muy jóvenes como ustedes y los no muy jóvenes como yo. Todos podemos ser agentes de cambio. Eso es indudable. El problema puede estar tal vez en ciertos sectores que no han salido de cierta situación de inconsciencia todavía un tanto infantil, de inmadurez, que es lo que lleva a veces a la creación de pandillas, a la adicción por las drogas, que hacen olvidar el pasado y el futuro y que crean la ilusión de un presente supuestamente feliz y sin responsabilidades. Sin embargo, al lado de eso también hay, con seguridad, ciertos sectores juveniles insensibles, movidos por el egoísmo o movidos por la soberbia. A mí me da mucha pena oír a jóvenes decir "qué me ofrece este país", en lugar de plantearse la pregunta al revés, "qué le ofrezco yo" o "qué hago yo por el país". Yo que tengo la salud, la juventud, la energía, las fuerzas. Eso es ser activo, eso no es ser puramente receptivo o pasivo. Yo sí creo que hay muy buenos ejemplos, y ustedes son uno de ellos. En ese sentido, la juventud es activa mientras se expanda esta idea, mientras se expanda esta vocación de crecer, se expanda esta "telemaquia" -dejen de ser niños para empezar a ser grandes, saliendo de la casa-...
Asumir responsabilidades...
Exacto. Asumir la responsabilidad que tienen por delante.

miércoles, 25 de junio de 2008

Trabajadoras del Hogar

Resumen Cháchara Trabajadoras del Hogar - Volumen 2



En el texto de Teresa Ojeda Parra “Prisiones Domésticas: Ciudadanías Restingidas”, Ojeda nos da un panorama de la situación de las trabajadoras del hogar, a nivel de América Latina y, especialmente, del Perú. En un inicio, Ojeda define quiénes entran dentro de la categoría de “trabajadora del hogar”. Evidentemente, la definición propuesta es una generalización que va a permitir, de manera teórica, determinar este rol que es integrado por un grupo tan heterogéneo. Es entonces que trabajador/a del hogar es “la persona que presta sus servicios remunerados en un hogar ajeno (cocinera, ama de llaves, lavandera, mayordomo, chofer)”.

Los orígenes de este trabajo se remonta a la colonización española. En aquel entonces, la trabajadora del hogar se encargaba de las diversas tareas domésticas. La raza de la servidumbre variaba según la ubicación, no obstante, los indígenas eran los más comunes y los que recibían menor salario. La manera de salario tomaba diversas formas, podía ser remunerada en alimentos, ropa, habitación, ayuda médica, entre otros.

En 1979, señala Ojeda, este trabajo constituía una de las pocas alternativas económicas para sobrevivir para los migrantes. Sin embargo, hay que resaltar que este trabajo era considerado como una ocupación transitoria.

Como nos explicó Blanca durante la cháchara, actualmente, el panorama no es muy diferente. Las (y los) trabajadoras del hogar no siempre son remuneradas(os). Hay veces que solo se les da “propinas” o se les paga con un plato de comida. Esta situación se deriva (en general, no siempre) del hecho de que en la sierra el trabajo comienza desde que las personas son bien jóvenes. Los padres prefieren que sus hijos estén colaborando en casa o trabajando a que estén en las calles.

Aunque está muy difundida la idea de que las trabajadoras del hogar oscilan entre los 16 y 25 años (aproximadamente), el grupo de personas que tienen esta ocupación es bien heterogéneo. Hay muchos niños que son trabajadores del hogar y estos suelen ser los menos remunerados. Además hay un grupo de jóvenes que están entre los 18 y 25 años. Del mismo modo, hay un grupo de mujeres adultas que cumplen esta función. El caso de las lavanderas es complejo, ya que no se les declara como trabajadoras del hogar, ya que su trabajo no es dentro de la casa del empleador.

Ojeda nos indica que la razón más común por la que población la infantil y adolescente de las zonas rurales es incorporada al trabajo doméstico viene de la pobreza y las pocas posibilidades de desarrollo; otro factor es por el riesgo al maltrato físico y el abuso sexual al interior de la propia familia.

No todos estos temas entraron a colación en la cháchara, pero nos va a servir de introducción para comentar aquello visto el martes pasado.
Una de las cosas más importantes de ese día fue que vinieron Blanca Figueroa y Sofía Mauricio de “La Casa de Panchita” para tratar el tema de las trabajadoras del hogar.

La Casa de Panchita está constituida por un grupo de personas (trabajadoras del hogar, ex-trabajadoras del hogar, profesionales, voluntarios del extranjero, etc.) que trabajan por cambiar, de alguna manera, la situación de la trabajadora del hogar. Su lema es: Hagamos algo ya.

¿De qué manera trabajan? De muchas formas. Las actividades que tienen se centran en los domingos, ya que es el día que (en general) las trabajadoras del hogar lo tienen como día de descanso. Se reúnen y dan clases de cómputo, talleres de inglés, danza, apoyo de parte legal, apoyo en problemas emocionales, también dan refuerzos a grupos en colegios, entre otras actividades.
Del mismo modo, brindan asistencia en cursos o talleres que refuercen la calidad del trabajo de las empleadas. Dan clases de cocina y otros.

Por otra parte, “La Casa de Panchita” actúa como agencia. De esta manera, negocia con los empleadores que buscan una trabajadora del hogar. Los contratos se firman con ciertas condiciones que permiten establecer los derechos de la trabajadora del hogar. Es así, además, como se profesionaliza el trabajo de las empleadas.

Sobre este punto surgió una pregunta: ¿Es mejor que las trabajadoras del hogar se acerquen a agencias o que el trabajo se establezca directamente con el empleador? El problema de las agencias, nos explicaron Sofía y Blanca, es que muchas no conocen a la trabajadora del hogar ni al empleador. En muchos de los casos, las agencias son informales y se aprovechan de ciertas situaciones. Hay veces que se quedan con el DNI de la trabajadora del hogar para impedir que deje su trabajo hasta que el empleador le haya pagado a la agencia. Hay otros casos en que las agencias cobran su “comisión” del sueldo de la empleada (lo cual no es lícito), cuando en verdad ese pago lo tiene que hacer el empleador.

En el caso de “La Casa de Panchita”, se tiene un formulario de observación del empleador para que este evalúe a la trabajadora del hogar. Además, establecen un contrato escrito, lo cual es favorable para ambos lados y le da un carácter más formal al trabajo. Del mismo modo, velan por el bienestar de las trabajadoras, estableciendo ciertas condiciones para el empleador.

Durante la semana, también hay atención en “La Casa de Panchita": ayuda a conseguir trabajo, cursos para niñeras, etc. Asimismo, el trabajo no se centra en Lima, también se brinda información y otras actividades en centros educativos en Ayacucho. Además, el grupo de “La Casa de Panchita” intenta difundir la ley de la Trabajadora del Hogar (Ley 27986) para que tanto empleadas como empleadores conozcan los derechos de la trabajadora del hogar.

Un tema que salió a relucir durante la cháchara, fue el del seguro médico. La ley establece que el empleador debe brindarle un seguro médico a la trabajadora. No obstante, esto es muy atípico. Una situación muy común es que las mismas trabajadoras del hogar no desean que les den el seguro. Esto se da debido a que el seguro es el 9% del sueldo mínimo (que es 550 soles), y hay muchos casos en los que a las trabajadoras del hogar se les paga menos de ese monto. Es entonces que muchas de ellas prefieren no tener seguro, ya que si lo tuviesen se les restaría una cantidad sustancial de su salario.

Sobre esto, uno de los voluntarios preguntó porqué no se recurría al SIS (Seguro Integral de Salud). El problema que surge en este es que en muchos casos no aseguran a las trabajadoras del hogar, puesto que tienen un trabajo.

Más adelante, surgieron temas en torno al maltrato al que se ven enfrentadas las trabajadoras del hogar. Es común que las trabajadoras del hogar sean víctimas de discriminación y/o que se violen sus derechos. Esto se evidencia en las largas jornadas de trabajo (es poco común que trabajen las ocho horas que les corresponde, hay casos en los que trabajan 14 horas al día), en los bajos sueldos, etc.

Es entonces que la mayoría de las trabajadoras del hogar sufran de falta de autoestima. Hay que recordar que hay casos en los que han sido víctimas de maltratos y abusos previamente.

Un hecho que me pareció importante resaltar es el de la migración sin retorno. Ojeda señala que el 72% de las trabajadoras del hogar son migrantes. Sobre esto, una cosa que nos comentó Blanca, es que muchas de ellas nos pueden regresar. En muchos casos, esto se da debido a que está mal visto. Por ejemplo, aquellas que regresan es muy posible que no se puedan casar, ya que las uniones (no matrimonios) en algunas zonas se establecen desde que son bien jóvenes. Hay otros casos en los que no las quieren desposar porque “ya conocen mucho”.

Después de esto, surgió la conclusión de que habían dos problemas principales: la mala remuneración a este trabajo y el maltrato/discriminación social.
Una cosa que explicó Blanca, es que hay una evidente exclusión a las personas que ejercen esta ocupación. U ejemplo de esta es el caso de los domingos: muchos servicios, museos, centros de salud o culturales, entre otros, no abren o no atienden los domingos, cuando es muy común que el día libre de las trabajadoras sea el domingo.

Frente a todas estas situaciones, la pregunta que muchos voluntarios hicieron fue: ¿Qué podemos hacer? La propuesta que nos dieron Blanca y Sofía fue: cambiar la actitud de uno. Mejorar el trato con nuestra empleada y/o difundirlo, dejar de lado la segregación. “Muchas de las chicas con las que trabajamos desean más que nada un buen trato”. Éste puede demostrarse con un “gracias”, “la comida estaba rica”, etc.

¿Pero esto es suficiente?, nos preguntamos muchos. Según Blanca y Sofía, sí lo es. Conjuntamente con esto, recomiendan que se muestre un interés por nuestras empleadas, hay muchas veces en que uno no las conoce: no saben cuál es su apellido, donde viven, qué cosas les gusta hacer, etc.

Se trata de romper jerarquías, nos explican Sofía y Blanca, a pesar de que es difícil. No obstante, no debes (es decir, no es necesario) tratar a tu empleada como si fuera de tu familia, señalan. Si bien puede y debe haber un trato respetuoso, uno sigue siendo el empleador. Esto es más fácil de comprender con un ejemplo. Blanca comenta que le parece terrible que cuando hay una comida en la que hay diez invitados y la empleada es la ultima en servirse; es decir, le corresponde las sobras. Esto es una falta de respeto. No obstante, si uno quiere invitar a unos amigos a comer a su casa, no tiene que invitar a su empleada a comer a la mesa con ellos (si no lo desea), ya que como empleador está en su derecho tener una reunión “privada”.

Llegado a este punto del conversatorio, muchos voluntarios no se vieron muy satisfechos. La pregunta seguía en pie y surgía otra: ¿Cómo transmitir esto a más personas? Es entonces, que se evidencia que las trabajadoras también deben hacer el cambio. Dentro de lo que uno puede hacer, está el cambiar la mirada hacia el trabajo de la empleada, un cambio de actitud. Del mismo modo, no hay que contribuir al establecimiento de relaciones verticales. Sobre todo en el caso de los niños, que pueden reproducir actitudes negativas.

Si bien esto parece poco, es un inicio, es una forma de cambio. Hay muchas formas de actuación frente a este tema. El punto es: Hagamos algo ya.

Para aquellos que quieran hacer más preguntas o tener más información, pueden entrar a la página web:
www.gruporerdes.org o llamar a la oficina de “La Casa de Panchita” (ubicada en Jesús María): 424-8665.